Revelación espiritual

Esta semana santa pude aprender mucho, reconsideré muchas de mis prioridades y la verdad pude aprender mucho de la importancia del amor. Es increíble lo que se puede hacer si se tiene un poco de comprensión por todas las personas...Naturalmente es más sencillo cuando las personas a quienes nos "enfrentamos" tienen unpoco de cordialidad, Sin embargo, muchas veces cuanto más grande es el perdón, mejor nos sentimos, con nosotros mismos.

Por otra parte el primer impulso es el de contraatacar con todo cualqueir ofensa, sin embargo, algo que me ha ayudado mucho a comprender mejor lo que ocrrue en el mundo, es que las personas sólo pueden dar lo que tienen, es decir, si una persona sólo tiene odio y renco r en su corazón, es lo único que puede dar...

"Todos seremos juzgados por nuestras propias acciones", es decir, que aunque nos topemos con personas que se dedican a sembrar el rencor en su corazón y se esmeren en sembrarnos la misma semilla en el nuestro, nosotros somos quienes debemos de considerar todo lo reltaivo a "nuestro huerto" de sentimientos.

Una de las cosas que yo no entendìa de niño (y aún hoy no puedo entender muy bien que digamos) es que haya padres tan alcahuetes, sobretodo si las personas tienen claro lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo esa conducta permisiva desde niños es precisamente la que genera faltantes en sus corazones y despuès devengará en personas ... digamos, no tan buenas. Entonces este puede ser otro atenuante para pensar siempre primero en el perdón a los demás, pues generalmente es màs fácil sembrar la semilla del mal que del bien en corazones desolados.

Me gustarìa finalmente recordar dos oraciones que han cambiado mi modo de ver el mundo y me han hecho reflexionar en todo lo que es importante en la vida:

"Señor dame serenidad para aceptar aquellas cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para cambaiar aquellas que puedo"

"
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.

Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.

Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.

Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.

Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.

Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.

Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto

ser consolado, cuanto consolar,

ser comprendido, cuanto comprender,

ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,

es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,

es perdonando, como se es perdonado,

es muriendo como se resucita a la vida eterna.

(Autor anónimo. Traducción del texto original francés)

"

--Adeltàndome, segùn parece no fue de San Francisco de Asís--

Otro dìa harè un análisis de ambas oraciones.

PD: Es genial ser profesor, especialmente cuando los estudiantes muestran interès por lo que tu explicas :)